TARDES EN TORNO AL RELATO ERÓTICO


Espacio de encuentro de escritores, lectores, fotógrafos, cocineros, limpiabotas, diseñadores, gafapastas, basureros, periodistas, golfos y amantes de la literatura erótica.

Nos encontramos un domingo al mes para leer y compartir relatos eróticos. ¿Te apuntas?

sábado, 7 de abril de 2012

BAJO LA MANTILLA

DesdeKinky business


Bajo la mantilla, Irene se sentía desfallecer, pero había llegado hasta allí y tendría que continuar. No iba a dejarse amilanar ahora; si había que hacerlo se hacía y punto. Lo llevaba planeando mucho tiempo como para dejarlo ahora, solo por el calor. Sentía que las paredes de aquella buhardilla tan moderna, tan cool, iban a derrumbarse sobre ella de un momento a otro si seguía allí sentada, pero aún no había llegado el momento, había que esperar un poco más, faltaban piezas para completar la bomba y hacerla estallar. Colocada de forma que pudiese ver quien salía a la terraza de la azotea, sentada en uno de los taburetes de la sala con un gin tonic en la mano y fumando un cigarrillo, soportaba la cháchara de un tipo que se creía especial. Uno de esos tipos con el pelo meticulosamente desordenado, camisa de moda, gafas de pasta de diseño, pantalones pitillo y zapatillas de tela de color azul cielo. No sabía de qué disfrazarme y vengo de una inauguración, dijo cuando los ojos de Irene le escrutaban. El chico estaba jodidamente bueno, pero no había ido hasta allí a follar.  

Dos copas después y tras unas cuantas miradas a su escote desbocado, el modernito se lanzó a sus labios. Irene respondió a su boca, inclinando ligeramente la cabeza, se dejó lamer, ayudó a esas manos ávidas a llegar hasta el interior de sus piernas. Los ojos del tipo, cuando separó el tanga y encontró una piel rasurada, parpadearon. El tipo siguió explorando, mientras respiraba con dificultad y pegaba su cuerpo al de ella. Irene podía sentir la excitación del hombre, mientras se dejaba hacer, pendiente de la puerta. Cuando los vio llegar, esperó a que saliesen a la terraza y expulsó esa mano de su cuerpo. El chico se la quedó mirando, al borde del insulto, pero ella se adelantó a por una copa y él no volvió a buscarla. Cuando, copa en mano, se disponía a salir a la terraza, un chico disfrazado de Groucho se cruzó en su camino. Salieron juntos, entre risas, mientras Irene buscaba con la vista a Juan. Allí estaban, en el extremo más oscuro de la terraza. Juan vestía de emperador romano y su acompañante de Mesalina.

Dio un beso largo y cargado de promesas a Groucho, y agitando sus caderas de diosa se lo llevó bailando exactamente hasta el centro de la enorme azotea. La mantilla negra se agitaba sobre su espalda desnuda con la ligera brisa de la noche. Su falda, casi transparente, mostraba esas piernas que hacían volver la mirada a ellos y a ellas.
Comenzó a bailar al son de la música, coqueteando con un Groucho que se derretía, se les unió una mujer, ésta de princesa Leia, un tipo vestido de Drácula que le lanzaba besos a distancia y enseñaba sus dientes. Siguieron bailando, besándose y acariciándose.  Pronto se les unió una pareja recién salida de la familia Monster, que se unieron a la improvisada orgía. Todos los ojos estaban puestos en ellos. Cuando se aseguró de que Juan también la miraba, quizá tratando de ubicarla, supo que era el momento que había estado esperando.

Las antorchas, estratégicamente situadas por toda la terraza, iluminaban la escena. Se desprendió de las manos de Groucho, colocó su tacón de aguja sobre la rodilla de Drácula y le invitó a alejarse un poco. De inmediato, todos retrocedieron, sabiendo que algo iba a ocurrir. Irene comenzó a bailar la danza del vientre, de frente al cielo oscuro, de espaldas a los invitados, sus movimientos eran tan sensuales que se fue improvisando un círculo entorno a ella. Agitó sus caderas aún con más gracia, se dobló por la cintura, acariciando el suelo con la blonda negra de la mantilla; todas las miradas estaban clavadas en su pecho que ahora casi al descubierto, se ofrecía a los ojos que esperaban. Su corazón latía con fuerza. Había llegado el momento. Soltó la anilla que sujetaba su vestido y sus pechos quedaron libres, enhiestos y arrogantes. Siguió bailando, en un círculo perfecto, rodeada por todos los invitados. Un ligero tirón y la falda cayó al suelo, suave como una pluma, dejando a la vista sus caderas de portada cruzadas por un brevísimo liguero negro con incrustaciones de cristales que brillaban a la luz de las antorchas. Se colocó directamente de espaldas a Juan, que seguía mirándola con aquellos ojos de ¿de qué conozco a esta tía? y comenzó a deslizar la mantilla hacia arriba, mientras bailaba, dejando a la vista unas nalgas de vértigo.

Entonces comenzaron a aparecer las letras. Letras negras sobre esa piel de nácar.  Irene siguió bailando y levantando la blonda, dejando más y más a la vista el mensaje que llevaba escrito en la espalda. La música siguió sonando a través de los carísimos altavoces, pero el rumor que se fue desatando según se descubría el mensaje, conseguía taparla. Cuando se retiró la mantilla, dejando al descubierto, sobre su cuello, el nombre de Juan, escuchó una carcajada. Totalmente desnuda, siguió balanceándose al ritmo de esa música que nadie más escuchaba, hasta que los brazos de su Groucho la tomaron por la cintura, mientras no paraba de reír. Eres adorable, le escuchó decir. En medio del caos que se desató después, ellos desaparecieron.

Al día siguiente los inversores le retiraron la confianza y sus fondos, la prensa del corazón  despellejó a Juan y su madre casi sufre una apoplejía cuando vio su mantilla en las fotos de las revistas.


lunes, 2 de abril de 2012

TUS PALABRAS DESNUDAS II



TUS PALABRAS DESNUDAS II

Tardes en torno al relato erótico 

Domingo, 22 de Abril de 19:00 a 22:00 
Fetterati y Amanda Manara, en colaboración con nuestra Invitada especial, PALOMA DEL PALACIO, presentan Tus Palabras Desnudas, tardes en torno al relato erótico. 

El erotismo es un fenómeno eminentemente humano, como la escritura. 

A lo largo de la historia, se han dado tantas definiciones de erotismo como definidores, tantas interpretaciones como intérpretes. A nosotros nos gusta una sabia mezcla, en cóctel "mezclado, no agitado", como el Vodka Martini de Bond, algo así como esa pulsión humana más abrasiva que el amor y más romántica que el sexo. 

¿Cual es la que te gusta a ti? 

Te proponemos una tarde inolvidable entorno al relato erótico. Ven y diviértete. 

Invitado Especial: 

Fetterati tiene el gran honor de contar con la presencia de una autora de novela erótica, Paloma del Palacio, autora de “QUIERO QUE ME QUIERAS”, quien nos leerá alguno de sus textos para ir calentando motores. 


Lectura de tu relato: 

Los asistentes que lo deseen podrán leer sus propios relatos eróticos. Todos los asistentes votarán el mejor relato de la Tarde y el ganador se llevará un premio de alto voltaje erótico. 

Información General: 

Para participar en el evento hay que realizar una aportación de €15 que incluye dos copas y un pequeño refrigerio. En cualquier caso, al tratarte de un evento privado y con aforo limitado, es necesario confirmar tu honorable presencia a través de cualquiera de los dos teléfonos. Sólo se permitirá la entrada hasta 20 minutos después de las 19:00 para no interrumpir con el transcurso del evento. 

Amanda Manara 609 102 523 o Fetterati 673 742 365